¡Aun hay gente joven
que creen que el amor es verdadero
se realiza sólo en el matrimonio-sacramento!
Turris Eburnea ofrece a todos la oportunidad de hablar de ello
y conocer parejas que lo viven con entusiasmo.
El matrimonio es:
una opción de vida
Es un punto de partida de una vida juntos.
Es un regalo de amor que se construye día tras día.
Es un acto de extrema confianza.
es para ayudarse recíprocamentea subir
es armonía que necesita tiempo, perseverancia, confianza, fidelidad y lealtad para realizarse
es un compromiso que implica responsabilidades mutuas
es un SÍ que dura toda la vida!
Con estas premisas será: único, indisoluble y abierto a la vida
Uno de los riesgos más graves de la actualidad
es llegar a la boda desprevenidos
la armonía de la familia del mañana
depende de como te prepares y a quien elijas
para siempre
La levadura da a la harina calidad y posibilidades que la harina no tiene sin este ingrediente.
Con la levadura la harina todavía es harina, pero ya no es como antes de que fuera mezclada con la levadura.
Así, en el momento del SI: un nuevo ingrediente entra en el amor del hombre y de la mujer que se casan. Su amor natural, bello, pero por siempre frágil, se transforma: ahora el amor que Cristo tiene hacia la Iglesia, es decir hacia su pueblo que lo obtuvo con su amor crucificado, ese amor ahora entró en el amor del hombre y de la mujer que se casan en Cristo.
Ese amor transformado es eterno.
Los esposos en Cristo tienen el deber de hacer visible ese amor que El tiene hacia los miembros de su cuerpo que es la Iglesia...
En otras palabras tu “¡Si!” va dirigido a Dios, el cual te pide que metas tu vida para siempre en comunión con la vida de tu consorte. Aquel ¡Si!” es fecundo, es fuente de alegría, da seguridad porque es para siempre.
Aquel amor que se manifiesta en el “¡Si!” envuelve y fascina porque es para siempre. Los dos logran conocerse porque aquel “¡Si!” es para siempre. Y también la enfermedad y la desaventura se vuelven factores de unión. El “¡Si!” para siempre es fuente de fecundidad interminable en el sentido más amplio de la palabra; quita el miedo, remueve la angustia, aleja el ansia; es tónico, es decir refuerza y alivia.
Si el “¡SI!” no fuera eterno alteraría los equilibrios de la pareja y de los hijos. El “¡Si!” de los padres se vuelve base segura para los hijos porque es un si eterno.
d. Oreste Benzi