Educar al amor verdadero
Estamos rodeados de escombros sentimentales. ¿Cómo reconstruir una imagen bella y elevada del amor y del matrimonio, para ser ofrecida incluso a los más jóvenes como cumbre a alcanzar para experimentar plenamente el deseo natural de amar y ser amado?
“Es en el hoy que se construye el propio mañana", " repetía el fundador Don Peyron, subrayando la importancia de partir desde la adolescencia a sentar las bases de un conocimiento de sí mismo y de ese magma de emociones y sentimientos que, sobre todo a la muchachos, ya parecen una cierta garantía de que han encontrado esa perla preciosa que llamamos amor.
Aprender a amar es un arte que requiere preparación. No se improvisa. Requiere una educación de los sentimientos y de la voluntad, tener el coraje y la libertad de decir no a las experiencias sexuales antes del matrimonio por un don de sí mismo que sepa esperar el sacramento.
No se debe satanizar toda la riqueza de experiencias emocionales que todo adolescente trae naturalmente consigo. Sin embargo, es necesario que se ayude a los más pequeños a descifrarlo, a entender su 'gramática', desarrollando en ellos un sentido crítico que les lleve a descartar todo lo que el mundo sigue haciendo pasar por amor y en su lugar aparece un gran engaño sensacional. .para el ser humano.
El Amor Verdadero es un reto apasionante para los jóvenes, a los que hay que invitar a revalorizar valores que están al borde de la extinción como la espera, verdadera gimnasia del deseo, la paciencia, el sacrificio, la entrega, la modestia, la castidad en su altísimo valor de custodia de ese tesoro que cada uno lleva consigo.
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